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sábado, 9 de febrero de 2013

Suspiros de paso...


Tenía los labios impregnados del sabor de los besos de ésa mujer, nunca llegó a tocar el cielo,
como lo hizo con ella.
Mil te quieros, y una promesa de amor, le dejaron sangrando el corazón. Cada vez que su mente dibujaba su imágen, él en silencio, murmuraba su nombre. Ella le prometía día tras día la Luna, y suspiros con sabor a pasión, todas las noches de su vida. Era demasiado bonito, para ser real, pensó.
Y el Arco Iris en el que creía habitar, se difuminó en un momento.
Ahora, en la orilla donde habitan la soledad y sus silencios , piensa que todo fué un ave de paso, como tantos amores que se quedaron por el camino y fueron espejismos, o simplemente, suspiros de paso.

5 comentarios:

Joaquín Galán dijo...

La orilla de la soledad no es un lugar adecuado para estar mucho tiempo.Nos hace suponer que la felicidad solo fue un sueño y no es cierto...
Encantado de volver a leer tu prosa César.

Un abrazo.

María Susana Dall Occhio Pais dijo...

hola mi duende solitario, salte un poco de ella regresa mi amigo que la vida te espera. un abrazo de otra solitaria.

Duende Verde dijo...

Quizá sea mi mejor amiga, aunque muchas veces no es buena que permanezca tanto a tu lado!
Gracias Jero, un fuerte abrazo!!

Duende Verde dijo...

Mi querida Maria Susana, eres un corazón bello!!
Mil besos!!

Elda dijo...

Así es querido amigo, hay amores que no valen ni un suspiro porque son tan engañosos como que todos los días en la vida, son de sol.
Muy bonita esta prosa romántica y tan nostálgica como acostumbras.
Ya veo lo perezoso que estás, creo que te voy hacer compañía en tal estado.
Besitos.